Resumen del evento MPM 51
La vuelta de semana santa ha sido mucho más tranquila de lo que han sido hasta ahora los eventos. Y es que ha ocurrido algo extraño que llevaba prácticamente dos años sin ocurrir, en el PianoMeetups 51 ¡hemos tenido segunda vuelta! Algunas ausencias de último momento y otras sabidas pero no por ello no echadas de menos, hicieron que, aunque estuviéramos entorno a 40 asistentes, únicamente docena y media de ellos se animaran a tocar.
En esta ocasión, hemos vuelto a la sede que nos vio crecer: Tempo Musical. Con un piano que tiene bastantes detractores pero que yo adoro y con una labor de montaje bastante más ardua que Soto Mesa.
No obstante, pese a los problemas de luces y la barra led del teclado, pudimos disfrutar de un evento más relajado que lo anteriores.
En esta ocasión no quiero extenderme mucho en esta reseña ya que va a servir para dar voz a dos compañeras del proyecto.
Los estrenos
Hemos podido compartir el estreno de tres nuevos pianistas:
Tengo que decir que llevaba casi un año esperando el primer estreno. Carmen aka la mano que mece la cuna se inició en esto del piano por afinidad. Y es que la acompañamos a comprar su primer piano y, unos cuantos meses más tarde, abrió el evento de una forma magistral, demostrando una sensibilidad brutal en el instrumento. Pero no fue un estreno cualquiera, además, en segunda ronda hizo un precioso cuatro manos con Tomás que nos dejó a todos con una sonrisa en el corazón.
Nuestro segundo pianista también nos hizo disfrutar de lo lindo. Y, además, representó muy bien y fielmente el espíritu del proyecto. Un muy tímido Dave, motivado por el ambiente y cómo se acoge a todos los que quieren compartir la música nos trajo un maravilloso rendition de The house of the rising sun que conjuntó espectacular con el atardecer que estábamos viviendo en el auditorio.
Las tercera en tomar piano fue una recién llegada Sofía que, avisada casi sobre la hora de que iba a tocar, no dudó en subir a tocar ni más ni menos que a Chopin: ¡un precioso vals que todos disfrutamos enormemente! y que marcó el principio de los compositores clásicos del evento.
Como todos los que se han animado a compartir por primera vez su música en Madrid PianoMeetups se llevaron su recuerdo de su paso por el piano.
Una visión personal – Maylis
Es muy difícil plasmar en negro sobre blanco lo que se vive y se siente en PianoMeetups, la experiencia y las emociones tan puras que transpiran palidecen en la letra escrita. En esta ocasión ha sido Maylis la que, rompiendo la barrera del idioma, nos comparte su visión:
¿Compartir el piano como se comparte la guitarra?
Vamos a ver. En mi cabeza, la guitarra solo la tiene uno que la gente rodea; en el medio chispa un fuego, las llamas bailan, proyectan sombras. O en casa, se siente la persona con su guitarra, los demás sentados, o de pie, con este famoso vaso de alcohol en mano, el cigarrillo medio apagado. Unos escuchan moviéndose apenas, otros cantan, otros murmuran…
He experimentado un rollo un pelín diferente en el grupo PianoMeetups…
Para empezar con un destripamiento brutal: ¡no hay fuego de leña! Ni en la sala, ni luego en el momento social.
En los eventos, no solo la música se comparte sino también el piano de cola se comparte ¡Anda, qué lujo, qué suerte! Un piano de cola para mi sola durante hasta 6 minutos, 6 minutos de felicidad y de nervosismo, ante un público majo, indulgente, que te anima. Y te sorprendes a ti misma ¡Lo he hecho!
Sí, cada uno tenemos unos minutos asignados. El organizador, Daniel, lo vigila. Y me viene esta pregunta estúpida en apariencia pero que te plantea una de las mayores cuestiones existenciales (¿Qué te anima en esta vida? ¿Qué te da el soplo?): te quedan unos minutos antes del fin del mundo (o hasta que Daniel te diga: hay que parar) ¿Como ocupas este tiempo? Ya…
El piano se cuida muy bien. Lo atendemos con cariño o con avidez, lo contemplamos con miedo o nerviosismo, con ganas, devorándole, con locura y fantasía, con respeto, con amor, meneando o no la cabeza, moviendo todo el cuerpo a veces. Las manos o los dedos se apoderan de todo el teclado, haciendo más que vibrar el piano, o con más timidez, más dulzura, apenas se oye con un roce de los dedos…
La preparación me parece tan bonita como las primeras notas que resuenan: arreglar la altura y distancia del asiento, poner o no la partitura, pasar la mano por el pelo, por la cara, decir algunas palabras o no. Colocar los dedos, sentir este primero contacto con las teclas, como suena el piano como si fuera la cosa más importante del mundo. Y lo es en ese momento. Lo es. Para cada uno, para el público que aguanta su soplo.
Llevo poco tiempo en este grupo. Nunca he oído hablar de un suicidio de piano o intención de (como pudo contarlo Ramon de la Serna…). Ninguna cuerda destrozada, ningún teclado desdentado, ningún cuerpo de madera desformado… Solo un piano de cola negro que te está esperando con serenidad.
Otra cosa que me llamó la atención: hay vida. Hay vida de grupo, hay vida alrededor y más allá del piano. Hay vida. La gente participa no para olvidarse de sí misma, al contrario: para hablarnos de ella. Recuerdo cosas impactantes (o me las he inventado) como “este proyecto me empujó y me empuja a salir de mi zona de confort”, “escuchar a los demás me hace progresar”, “lo tengo todo el apego del mundo al jazz y hemos trabajado esta pieza con C. que es un amigo”, “esta pieza la trabajé para la carrera y ahora la toco para vosotros más relajado/a”
Hay vida, porque hay muchas sonrisas y risas, hay palmadas. Porque se celebra también un momento social hasta trasnochar. Bueno, lo imagino para forjar una leyenda, nunca llegué hasta el amanecer, hasta ver la luz blanca del alba.
Se instala un piano digital, y se baila, se canta, se grita en el micro, se toca de todo, se habla, se comenta, se traban amistades. Los organizadores van y vienen con las muy chulas bolsas de Pianomeetup o con un formulario por rellenar, “dame tus datos” (un guiño de los más cariñosos) para hacer vivir y mantener este maravilloso proyecto.
Por cierto, de momento no he visto pasear un gato. Sabemos que los gatos tienen una propensión en meterse en el medio de muchas cosas, en particular los escenarios. Si los organizadores pudieran hacer algo al respecto, mi dicha seria completa.
¡Muchas gracias a todos!
Maylis
Y una despedida – Alejandra
En esta ocasión una amante del proyecto ha querido compartir su visión de «no pianista» con nosotros. Para celebrar (aunque un poco triste) los ratos que compartió con nosotros. Alejandra se vuelve a Venezuela pero nos deja su visión del proyecto «desde fuera».
Lo que veo desde afuera
«Nada llega antes ni después, todo llega en el momento perfecto» , sí, es una frase cliché porque así de perfecto fue mi primer evento, el MPM41.
Buscando eventos en la app de meetup en mayo de año pasado me tope con el proyecto y sin dudarlo me apunté aprender a tocar piano es mi materia pendiente y mientras eso llega (porque llegará) disfruto de escuchar la música que me regalan los artistas que sí saben.
Entre una cosa y otra no fue hasta octubre que asistí por primera vez y escuchar a Javier Garcia interpretar Blue Bossa fue una señal de que estaba en el lugar correcto, esa canción me acompaño todo el verano durante el Camino de Santiago y significa mucho para mi.
Asistí al evento Madrid se llena de piano y una chica rubia captó mi atención mientras tocaba, hasta tuve el atrevimiento de grabarla, llegó ella primero a mi móvil que a mi vida, gracias Ana García y bendito destino que también nos hizo coincidir en ese primer evento de MPM41 de ambas. Te abrazo.
Reencontrarme con Almudena e Inma a las que conocí en febrero del año pasado en un concierto de jazz del Maria Dolores me dió mucha alegría, siempre es motivo de gozo para el corazón ver caras familiares. Son pura luz.
Estoy feliz porque España siempre puso en mi camino a personas extraordinarias, llenas de talento, de bondad.
Las personas nuevas como yo que solo llegamos a escucharlos son súper bien acogidas en el proyecto, Daniel y Almudena tienen por bandera que MPM sea un ambiente seguro dentro de un clima cordial, amigable y familiar. Esas horas donde todos nos regalan su arte no tiene precio.
Soy de un pueblo de la costa caribeña en Venezuela, para mi fue un privilegio crecer con un cielo lleno de estrellas, uds son mi cielo estrellado aquí en Madrid.Con Cariño
Alejandra López
Piezas por orden de interpretación
Y esto es lo que pudimos disfrutar durante la primera parte del evento:
Pianista | Canciones |
---|---|
Carmen B | Roses – Jean-Michel Blais |
Dave Pitts | House of the rising sun – The animals |
Sofía V | Vals en Am B150 – Chopin |
Marco B | ®Pacman (R) Adagio Concierto de Aranjuez – Joaquín Rodrigo |
Maylis | Scherzo op. 55 n°1 – Ignaz Moscheles |
Héctor Mc | Sweet Child O’ Mine – Guns N’ Roses |
Adrián | ®Koji Kondo – Song of Storm (The Legend of Zelda) ®Kazumi Totaka – 7 P.M. (Animal Crossing New Leaf) ®Yoshinao Nakada – Dance of the Aborigines |
Marina | Penn ar roch – Tann Tiersen Summertime – Gershwin |
Almudena | Meditation – Antônio Carlos Jobim and Newton Mendoça |
Iryna | Thank you for the music – ABBA Knowing you, Knowing me – ABBA |
Ivan | ® Largo Lagrande’s Theme (BSO Monkey Island 2), M. Land, P. McConnell, C. Bajakian. |
Paolo C | Softly as a Morning Sunrise – Hamerstein-Romberg Afternoon in Paris – John Lewis Venti Sedici – Composición propia Pilar – Composición propia |
Tomás | Improvisación como el primer día |
Pablo O | Heal the world – Michael Jackson Danza del fuego – Manuel de Falla |
Olga | Un lugar – Composición propia |
Shaen | Debussy – Preludio, Des pas sur la neige; Ignazio Cervantes – Seis Danzas Cubanas, no 1 |
Daniel | Spanish guitar – William Gillock Improvisación flamenco |
® – Pieza del reto de los 20 segundos
Vídeo resumen del evento
Aquí podéis ver el resumen de cómo fue el Madrid PianoMeetups 51:
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